De una entrevista al profesor de francés de nuestra E.O.I. Donato Plumariega. Publicado en la Revista de la E.O.I. en Septiembre del presente 2.015. Esperando os guste.
MÁS
ALLÁ DE LAS MONTAÑAS.
Nuestro
protagonista de hoy nace en un pueblo de un valle de Santander, en el
seno de una familia trabajadora, apegada a una tierra bastante
cercana a la vecina
Francia.
Quizá por ello siempre tuvo …”ganas de ver qué ocurría al otro
lado de la montaña” y ya con 16, cuando no era tan fácil viajar
como lo es en la actualidad, cruzó esa montaña y aprendió francés
con una familia en la llamada “Francia profunda”. Quizá por ello
también su carácter era tímido y “encerrado” en sí mismo. En
el instituto estudia la rama de ciencias pura y el francés que,
además, le “gustaba”.
También
le gustaba el teatro. De pequeñito participó con sus hermanos en
una obra que hacían en el videoclub los chavales del pueblo. Le
influyó positivamente el que TVE pusiera teatro en las horas de
más audiencia”. Y… en el instituto, junto con “un grupo de
alumnos… de ciencias puras… hicimos un grupo…sin
profesores…representando Tres
sombreros de copa
de Miguel Mihura.
Marchó
a Oviedo a estudiar Filología francesa. En la especialidad entró en
contacto con una persona con la que mantiene gran amistad que iba a
ser clave: su profesora de lingüística francesa. “Anuncia que
quiere crear un grupo de teatro en francés… Después de aquel
pequeño casting” fue elegido para el papel protagonista en una
obra de vanguardia del denominado “teatro de lo absurdo” de René
de Obaldía, del que también dará una muestra, con posterioridad,
en nuestra E.O.I. “Me volqué en el teatro y olvidé la carrera. Yo
quería ser actor”. De hecho, “…lo que más me gusta de la
enseñanza es el aula porque creo que es otro pequeño teatro…”.
Al año siguiente representaron una obra de
Jean Tardieu que después acabaría representado en nuestra E.O.I.:
Un
geste pour un autre.
Ya terminada su carrera, fueron invitados a “las jornadas de teatro
en francés, a nivel nacional, en Santiago de Compostela. Éxito
tremendo”. Inolvidable.
Año
86. “Consigo una plaza como asistente de lengua (–lector- en)
Cannes”. En el Lycée Carnot representan, en el 87-88, Tres
instantáneas en blanco y negro,
obra basada en textos de Federico García Lorca: Bodas
de Sangre, Muerto de amor,
Yerma
y
La
casa de Bernarda Alba.
Un
amigo de Canarias le animó a opositar. Dejó atrás su vida en
Francia y un proyecto que tenía para la Universidad de
Niza:“aprender el español a través del teatro”. Cogió “por
primera vez un avión” y llegó a las Islas Canarias. Y… “hace
28 años que estoy aquí”. “Llevo en este centro 27
años… y casi siempre en este piso –en el 2º- y casi siempre en
esta aula –en la 204-.” “A partir del 89-90 empiezo mi labor
con el teatro”. Representamos obras. “Normalmente las hacíamos
coincidir con la semana francesa,… para final de curso”… Las
dirigió y contó con la colaboración de un gran grupo de más de 30
personas: actores, “equipo técnico”: vestuario, maquillaje,
decorados, música, etc. Asimismo contó con la ayuda de todo el
departamento de francés con la fonética, la dicción… así como
el marco que les proporcionó la escuela para poder llevar a cabo
todo aquello.
En
el 92 hicieron dos obras. La de Obaldía, Classe
terminale.
Y Le
malentendu
de Albert Camus. En el 93 otra de Tardieu: Le
Guichet,
con sólo dos actores. Y ya en el 94, un joven alumno suyo, Guillermo
Montesdeoca -durante un año más- continúa con la dirección del
grupo.
“A
veces es difícil compaginar la labor extraescolar de un profesor más
todas las horas”… Estuvo dirigiendo este grupo de treatro…
“hasta que llegó un momento en el que no me facilitaban las cosas
porque yo llegaba a pasar aquí sábados y domingos”… No podía
abarcarlo todo…. “Hacer teatro conlleva dedicarte plenamente…
recuerdo haber pedido una ayuda,… para poder haber ido a otras
escuelas que no fue concedida”…. “y decidimos… lo hacemos
para nosotros, para la escuela, para la semana francesa y sólo se
representó cada obra una vez”.
Portada
y contraportada del folleto de la primera obra de teatro que se
representó en nuestra escuela de la mano de Donato Plumariega en
1.990. Para “…esta primera obra… no teníamos ni salón de
actos, ni escena, ni nada. Ésto sí me gustaría que lo contaras”…
Les
amants du metro.
“Los encuentros absurdos de la vida”. “Los alumnos lo hacían
todo. Actuaron sobre las antiguas mesas de clase unidas a modo de
escenario –cosa que lograban con la ayuda “del de mantenimiento”-
y otras superpuestas como columnas, donde se ponían los
retroproyectores antiguos del aula haciendo de focos. A partir de
ahí, … para el siguiente año… se hizo lo que es la escena que
está actualmente”…
La
dirección lo vió y lo apoyó. Aquello era un evento para la escuela
que, después del primer año, era esperado practicamente por todos.
“Había un casting anual –que incluía todos los niveles- …era
una fiesta… y luego, … un compromiso”.
Venir los fines de semana… No se escogían a los actores “…por
su nivel de francés (sino) por sus ganas”…
Parte
interna del folleto donde aparece, además de un pequeño extracto de
la obra teatral, el listado de actores y colaboradores de la misma,
gracias a los cuales fue posible. Parte de ese grupo aún siguen en
contacto: ”dos, tres veces al año nos volvemos a ver”. “El
nexo era el teatro”.
“Lo que teníamos era mucha ilusión.
El día de la representación se hacía una cena”. Todos ayudaban:
profesores, alumnos. ¡El ambiente era estupendo! En una de las
últimas se pusieron las viandas en el pasillo de las aulas 01,02, 03
y se entraba por la puerta que allí da a la biblioteca.
“El
teatro, primero, desinhibe; esto es un factor psicológico esencial
para aprender lenguas. Ayuda mucho a la improvisación”, a “no
sentir miedo al ridículo”. “Segundo: favorece la
interactuación”…también al primar, la más de las veces, el
diálogo sobre el monólogo. “Y para mí la comunicación es
básicamente interacción”…
El actor, al subirse
a la escena, para resultar creíble, “tiene que despojarse de lo
que es él para hacer otro papel… y ésta es la mejor estrategia
que un alumno puede tener para aprender una lengua extranjera”…“Yo
me considero más lingüista…. lo que me gusta es el funcionamiento
de la lengua”. Y para aprender un nuevo idioma y el funcionamiento
del mismo qué mejor manera que hacerlo desde el mismo idioma. Esto
lo aporta el teatro.“Es mucho lo que aporta el teatro”.
Y…
la manera de dirigir. “Yo dirigía pero no olvidaba que era
profesor… que eran mis alumnos”…
Sin
dejar de lado el hecho de que el ”…que tú hagas aflorar
emociones a un grupo de gente es maravilloso” y te da el poder de
creer que “tú puedes”, de sentirte más segur@: “Je suis
capable”.
Es
curioso que precisamente sea esta humilde servidora quien escriba
este artículo porque, desde hace año y medio llevo queriendo poner
en marcha en nuestra escuela un proyecto de teatro en idiomas hecho
por alumnos y… sorteando los obstáculos… me encuentro con Donato
por el camino. Es curioso y también bonito
porque… la última pregunta que le hago para terminar esta grata
entrevista es la típica de “por favor, dame algún titular que
resuma lo que hemos hablado”. Y nos dice Donato: “¡Qué ojalá
haya otro grupo de teatro! ¡Qué alguien se atreva!... a crearlo. Y
que yo lo pueda ver, que yo pueda ir a la representación!”.
Si me dan luz verde no sólo lo verás sino que estarás invitado a
actuar. Tomo la palabra de tu ofrecimiento. Por siempre colaborar:
¡¡Gracias!!
Y
para nuestros queridos lectores espero hayan sido de su agrado estas
líneas sobre esta propuesta metodológica, sobre esta bella historia
biográfica real y sobre el hecho de que, quizá, nada en el teatro
de la vida sea… casualidad. Con cariño, vuestra compañera y
amiga:
Ana
Manuela García Contreras (Anna).
P.D.:
Si alguien –tanto alumnos como profesores- quisiera colaborar con
el proyecto de creación de un grupo de teatro en idiomas para
alumnos que nos escriba por favor, sin du-dar-lo-. Gracias y ¡¡Hasta
la próxima!!
Anna M. García Contreras.